Cuenta la leyenda que
hace mucho tiempo desembarcó en la playa de San Marcos, Tenerife, de Icod de
los vinos un mercader procedente de tierras mediterráneas en busca de “sangre
de drago” (Se trataba de la savia de dicho árbol que por aquel entonces era un
producto utilizado en algunos productos farmacéuticos).
Cuando llegó a la playa
sorprendió a unas jovencitas guanches que se bañaban solas en el mar siguiendo
el rito tradicional. Inmediatamente comenzó a perseguirlas y logró apoderarse
de una de ellas. La joven viéndose capturada intentó cautivar su corazón
ofreciéndole manjares de la tierra. El navegante que venía en busca de la
“sangre de Drago” y que traía en su imaginación el viejo mito griego de las
Hespérides, le pareció que los frutos que le ofrecía la joven eran las míticas
manzanas del Jardín de las Hespérides.
Mientras comía dando
rienda suelta a sus pensamientos, ella aprovechó para escaparse, cruzó el
barranco y se refugió en un bosque cercano. El la persiguió, pero de pronto se
dio cuenta de que algo se interponía entre él y su presa: era un árbol, que
majestuoso meneaba sus ramas como si de espadas se trataran.
Su tronco se asemejaba a una serpiente y en su interior se ocultaba la doncella guanche. El navegante, asustado, le lanzó al supuesto monstruo una flecha que al clavarse en el árbol hizo que de este brotara sangre líquida de Drago. Confundido y atemorizado huyó despavorido hacia el mar y rápidamente se subió a la barca y comenzó a alejarse de la costa ya que estaba convencido de que había sorprendido en el jardín a una de las Hespérides a la que salió a defender el mítico Dragón.
Su tronco se asemejaba a una serpiente y en su interior se ocultaba la doncella guanche. El navegante, asustado, le lanzó al supuesto monstruo una flecha que al clavarse en el árbol hizo que de este brotara sangre líquida de Drago. Confundido y atemorizado huyó despavorido hacia el mar y rápidamente se subió a la barca y comenzó a alejarse de la costa ya que estaba convencido de que había sorprendido en el jardín a una de las Hespérides a la que salió a defender el mítico Dragón.
Hasta pronto amigos ;)
Preciosa la leyenda, Edelweiss. La conocía, aunque no tan completa, gracias por la información tan prolija. El Drago es un árbol maravilloso y ancianito que ha sufrido durante tantísimos años multitud de vandalismos varios y riesgos de fuegos y enfermedades,pero ha sobrevivido a todo, aunque ahora lo tienen muy bien protegido. A mí me parece totalmente místico este árbol, así como el alucinante parque de Garajonay, que es de auténtico cuento de hadas. ¿lo conoces?
ResponderEliminarUn besazo, que tengas buen fin de semana. Sofía
Gracias Sofía cuando veo ese árbol me parece ver a un guerrero vigilante es como si lo rodeara la magia. El parque Garajonay donde los dos amantes prefirieron morir a vivir separados...
ResponderEliminarBesos que tengas un feliz fin de semana bonica cuidate