El
periodista observó como la dragona fruncía el ceño levemente.
-¿Tengo
pinta yo de ser un ser malévolo y cruel? – Objetó la dragona incorporándose de
un salto y colocando sus dos patas delanteras en jarras.
<<Vaya
parece una dragona gallega me contesta con otra pregunta, que raro>>
Divagaba el periodista mentalmente sin dejar de contemplar a la dragona
iracunda. Ella andaba de un lado para otro enajenada, lanzando pequeñas
nubecillas de humo a su paso y rezongado en su propio idioma. Finalmente se
encaró de nuevo hacia su interlocutor.
-¡Estoy
harta de la pésima propaganda que hacéis los humanos contra los dragones, ¿Me
oyes? ¡Estoy harta! - Recalcó ofendida
-Estoy
de acuerdo. – Comentó el periodista intentando suavizar la situación, mientras se
limpiaba unas gotas de sudor que perlaban su frente con el dorso de la mano de
manera furtiva.
-En
Beriand también nos echaron la culpa de las muertes de unas aldeanas. Sabes lo
que pienso… Que fueron asesinadas por hombres. Pero claro… luego viene muy bien
echarle la culpa a los dragones…. Es un recurso ya muy manido. - Se explayó la
dragona en un breve discurso exaltado. Captó una subrepticia sonrisa torpemente
enmascarada lo que agudizo su nivel de enfado en un punto más alto. – A lo
mejor algún día nos comemos algún humano para seguir vuestras leyendas – Añadió
riéndose interiormente al ver como se le demudaba el rostro al periodista
-¿Coméis
humanos?
-No,
era broma- Confesó la dragona viendo como el periodista respiraba aliviado.