Emboscó
su sonrisa disimuladamente con una pata.
El
periodista la miró largamente sin reparar en su incipiente hilaridad.
-Entiendo
que estés enfadada con los humanos, se han escrito muchas mentiras en torno a
vosotros… -Se sinceró el joven depositando sobre el suelo las hojas que había
preparado. Una suave brisa se apropió caprichosamente de alguna de ellas. Sin embargo
al periodista no pareció importarle. No así a la dragona que corrió tras ellas cazándolas
con la boca como si fuera un perro trayendo el periódico.
-Toma
tus hojas – Comentó la dragona con amabilidad, devolviéndoselas algo agujereadas
por sus afilados colmillos. La dragona al advertirlo intentó adecentarlas con una
de sus patas.
-Tranquila
no pasa nada. - Opinó el periodista divertido por la anómala situación
cogiéndolas rapidamente.
(Las
enmarcaré en un futuro y titularé el cuadro entrevista a una dragona) Divagó el
joven…
-Durante
la Edad Media se creía que los cadáveres de cocodrilo traídos a mercados y demás
sitios de exhibición desde Egipto y Arabia durante la época de las cruzadas se
trataban de cadáveres de dragón- Declaró
el periodista
-¡Oh
vaya menudos mentirosos! – Exclamó la dragona intranquila. Se sentía algo
confundida con la entrevista ya que a medida que avanzaba se iban acumulando
sobre su cabeza más y más palabras desconocidas.
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